5 de abril de 2010

Arqueología de la Grecia antigua I: cerámica Geométrica




Los ejemplos corresponden a una crátera de dípylon con escena de prothesis; a una cerámica ática geométrica inicial (crátera), que está hoy en el Museo Nacional de Atenas, y a una cerámica ática dípylon del período final geométrico. Se trata de vasos funerarios hallados en una necrópolis datada entre los siglos IX-VIII a.n.e., junto a las antiguas dobles puertas o Dípylon, en Atenas. En este tipo de vasijas se depositaban las ofrendas al difunto. En ocasiones, esquemáticas exequias, en forma de carros fúnebres, caballos, plañideras y un catafalco, se distribuyen en ciertas zonas cortadas por líneas paralelas.

El estilo cerámico geométrico en Grecia se desarrolla entre el año 1000 y el 700 a.n.e. En su período inicial se caracteriza por un predominio del negro, con motivos decorativos en estrechas franjas, y por la presencia de ejes verticales y horizontales; en el período medio, se observa una ampliación del espacio decorativo, con motivos circulares pequeños y ornamentos que enmarcan las bandas. Comienzan a verse como motivos principales aquellos en forma de meandros y otros triangulares y angulares. Aparecen ya animales y figuración humana, aunque sin formar escenas. En el período final, por el contrario, encontramos motivos de mayor tamaño en el cuerpo de la vasija y escenas figuradas, especialmente de carácter funerario. Ahora las piezas son de gran tamaño. La figura humana tiene el torso en forma de triángulo, y es difícil distinguir varones de mujeres. Las personas representadas suelen aparecer lamentándose con los brazos en alto o mesándose los cabellos. Se pintan tres tipos de escenas, la prothesis, es decir, la exposición del cadáver sobre una suerte de catafalco; la ekphora, el traslado del difunto sobre un carro, y el thapsos, esto es, los juegos fúnebres celebrados en honor del fallecido. No obstante, es común también la presencia de escenas de combate. En general, se dejan de lado los recursos geométricos y se confiere mayor importancia a la figura humana, que lo cubre todo. Los vasos, algunas veces enormes, tienen cubierto su gran vientre con combinaciones geométricas, y se dividen, además, las fajas en zonas verticales como metopas. Si se representan animales, figuras humanas o escenas, todos estos elementos figurativos se hacen estilizados, de contornos rectilíneos, marcando siluetas geométricas, como formadas por triángulos. Los cuerpos están recortados, con cinturas estrechas, y son vistos de frente, de un único tono negro sobre un fondo claro. Esta cerámica es llamada también de estilo del Dípylon, porque la casi totalidad de las vasijas de este género se encontraron en el mencionado cementerio ateniense, situado al exterior de la puerta doble. Casi todos los vasos del Dípylon servían para contener las cenizas de un cadáver, de modo que no es extraño ver que las pinturas que los decoran representen escenas de funeral. La cerámica de Corinto y de las islas del Egeo no tiene, por el contrario, representaciones figuradas con escenas de funerales; son decoradas con esfinges, leones, cérvidos y palmetas, frecuentes en el repertorio tradicional oriental. Además, el uso de los vasos de las islas y de Corinto es diferente del de la cerámica dórica. En su mayoría son alabastrones y aríbalos, receptáculos para afeites femeninos de tocador. En algunos de ellos, sin embargo, están figurados el cadáver en su lecho mortuorio, con la esposa en la cabecera y los amigos cantando con gesto trágico, mientras las plañideras se mesan los cabellos.

Prof. Dr. Julio López Saco
5 de abril del 2010

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