16 de septiembre de 2011

Historia de los etruscos I: origen y procedencia

Los etruscos es el nombre que recibe un pueblo que habitaba una región en la península Itálica denominada Etruria histórica: la región ubicada entre el Tíber y el Arno y el mar Tirreno. Sus orígenes están sujetos a debates historiográficos. Polibio (IX 2,1), en el siglo II a.n.E., señala que su origen proviene del Egeo. Heródoto, por su parte, (I, 94), destaca que una porción de la población de Lidia, tras una fuerte carestía alimenticia, se habría dirigido, conducida por un héroe de nombre Tirreno (hijo del rey lidio Atis), hacia Italia, lugar en donde fundarían una serie de ciudades. Helánico de Lesbos afirma que los tirrenos eran pelasgos (un enigmático pueblo del Egeo), mientras que Antíclides (en Estrabón V, 2,4), comenta que estos pelasgos colonizaron las islas de Lemnos e Imbros y luego se unieron a la expedición de Tirreno hacia Italia. El origen oriental, en cualquier caso, ha sido siempre un lugar común en las fuentes antiguas, salvo en Dionisio de Halicarnaso (I, 25-30), que considera a los etruscos autóctonos, y señala que su nombre es Rasenna.
Hoy en día se manejan tres teorías acerca de su procedencia.La de su origen oriental, en función del parecido del etrusco a ciertas lenguas del entorno egeo-anatólico, y en relación a la identificación de los tyrsenoi con los Trs.w, uno de los Pueblos del Mar, así denominados en las fuentes egipcias en Karnak; aquella de su origen septentrional, una teoría decimonónica, que supondría la entrada de los etruscos por los Alpes, partiendo del hecho de que la cultura villanoviana (previa al período orientalizante etrusco), derivaría de la Cultura Terramara, cuyos antecedentes más claros se encuentran en los palafitos de los lagos de los Alpes, en Europa central y; finalmente, la de su origen autóctono, según la cual los etruscos serían una representación evolucionada de los habitantes locales del neolítico, con una lengua de estrato lingüístico anterior al indoeuropeo y, por tanto, afín a las del Egeo prehelénico y de Asia Menor. La nación etrusca nacería así de elementos propiamente originarios sumados a los aspectos culturales orientales.
Durante el II Milenio a.n.E. se desarrolló en la península Itálica la Edad del Bronce, con la presencia inicial de una Cultura llamada Apenínica, que se corresponde con la Cultura de las Terramaras, entre el río Po y los Alpes. Es una cultura de economía mixta, agropastoril, con presencia habitual de objetos micénicos, datados entre los siglos XIV y XII a.n.E. Hacia el siglo XII a.n.E, con el inicio del llamado Bronce Final, la unidad cultural apenínica se fragmenta en dos subgrupos: la Cultura Subapenínica y la Protovillanoviana, cuya novedad principal es la introducción de la incineración y la aparición de grandes necrópolis. El protovillanoviano tiene como características esenciales un fuerte crecimiento demográfico, la novedad técnica de la metalurgia, el comienzo de las formas de diferenciación social y el inicio de los intercambios a largas distancias. A partir de este protovillanoviano, y desde los siglos X al IX a.n.E., emergen diversas culturas locales, entre las que destaca la villanoviana, cuyo centro neurálgico estará en el territorio en donde se desarrollará la que denominamos cultura etrusca. El poblamiento se estableció en lugares elevados entre dos cursos de agua, con grupos de cabañas como habitación, estando las necrópolis en las colinas circundantes.


Prof. Dr. Julio López Saco

Escuela de Historia, UCV

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