16 de julio de 2016

Cerámica decorada griega regional (I): Corinto, Beocia y Eubea






Imágenes (de arriba hacia abajo): ánfora orientalizante de Eretria, datada entre 625-600 a.e.c. Museo Arqueológico Nacional de Atenas; cántaro beocio de figuras negras. Mitad del siglo VI a.e.c. Staatliche Antikensammlungen Glypothek, Munich; enocoe corintio con carrera ritual o komos. Datado entre 450-400 a.e.c. Museo Arqueológico de Corinto y; píxide beocio, con decoración geométrica y caballos, datado hacia 740 a.e.c.


Se trata de vasijas encontradas, principalmente en tumbas y santuarios, pero también de otras halladas en un contexto doméstico, cuyo empleo pudo ser meramente decorativo o como útiles para llevar a cabo rituales cotidianos. Pertenecen tanto al período arcaico como clásico.
La cerámica geométrica corintia, que se fecha entre el siglo IX y el 720 a.e.c., tuvo una demanda eminentemente local, aunque algunas piezas pudieron llegar a Grecia central, a ciertas áreas del occidente del golfo de Corinto e, incluso, a Creta. Hubo en ella un limitado empleo de esquemas figurativos.
Las vasijas de la clase Thapsos, de la segunda mitad del siglo VIII a.e.c. se distribuyeron en al mar Jónico, en Sicilia y el sur de Italia. Quizá se produjeron para ser exportados a mercados occidentales. La fase orientalizante fue muy precoz en la cerámica corintia. Tal es así que la cerámica Protocorintia Antigua (720-690 a.e.c.) se reconoce por la influencia orientalizante, con rasgos derivados de la iconografía oriental, sobre todo motivos faunísticos, jinetes y elementos decorativos con motivos curvilíneos. El estilo orientalizante antiguo  está representado en jarras para ungüentos y en algunas copas, en tanto que las escenas figuradas son ejecutadas en un estilo miniaturista.
En el periodo Protocorintio medio, entre 690 y 650 a.e.c., se introdujo el uso sistemático de la incisión para resaltar los detalles. Con el añadido de colores, blanco y rojo, los ceramistas corintios, sobre todo en vasijas para ungüentos, iniciaron la técnica de figuras negras. La inspiración pudo provenir de las vasijas metálicas o de marfil con escenas figuradas incisas del Próximo Oriente. No obstante todavía muchas vasijas se seguían decorando con silueteado.
Hacia la mitad del siglo VII a.e.c. pintores de pequeños vasos trabajaron en una técnica miniaturista con efecto polícromo. Pudo ser esta una técnica influenciada, tal vez, por la pintura monumental. La temática del Protogeométrico medio presenta algunas escenas mitológicas, como el juicio de Paris, tal y como aparece en el Vaso Chigi. Otras escenas, de batalla y de caza no pueden, sin embargo, catalogarse de míticas. El empleo de figuración de animales también estuvo extendido.
Las subsiguientes fases de las figuras negras corintias, esto es, el Protocorintio Tardío y el Transicional, hacia 650-610 a.e.c.), se caracterizan por el uso de frisos de animales con ornamentación de fondo, sobre todo rosetas. Ahora los vasos corintios exportados por el Mediterráneo se incrementan notablemente.
Las formas más comúnmente decoradas fueron ahora, de nuevo, los pequeños ungüentarios piriformes, aríbalos, kotylai y píxides. El Período Transicional conoció la introducción de vasos para beber con escenas komos en las que figuras masculinas bebían y danzaban, probablemente en un contexto ritual.
Durante el período Corintio I Tardío, fechable entre 575 y 550 a.e.c., permaneció la tradición de frisos animales y se produjeron algunas vasijas de fondo rojo, cuyos restos fueron desenterrados, sobre todo, en Etruria. Cráteras, jarras y ánforas sobre las que el principal campo decorativo estaba decorado con escenas de figuras negras, representaba episodios mitológicos, batallas, banquetes y procesiones.
No obstante, después de la mitad del siglo VI a.e.c. se manufacturaron cantidades enormes de cerámica en “Estilo Convencional”, decorado con patrones florales y lineales.  Si bien el fondo rojo era el estilo figurado corintio arcaico mayor, un pequeño número de vasijas locales que imitaron las figuras negras áticas son conocidas desde le segunda mitad del siglo VI a.e.c. En ellas se representan, primariamente, animales.
Un más pedestre uso del diseño aparece en el denominado grupo Sam Wide, de la segunda mitad del siglo V a.e.c., que comprende formas pequeñas, especialmente kylikes, en el interior de los cuales el campo decorativo era ejecutado en un modo ingenuo y burlesco.
Otra técnica iniciada al final del siglo V a.e.c. fue la de figuras blancas. Las figuras se dibujaban en blanco sobre un fondo oscuro. La mayoría de los ejemplos corintios se decoraron con conjuntos florales polícromos. 
Corinto adoptó la técnica de figuras rojas hacia 440-420 a.e.c., una técnica principalmente empleada en cráteras, pélices, lécitos y enocoes. Como la cerámica de figuras rojas ática fue importada en Corinto durante el período en que allí se producían, la variante corintia pudo servir como un suplemento local. Muchas escenas se modelaron sobre prototipos atenienses, que incluyen sátiros en compañía de ménades y escenas de la palestra. El repertorio iconográfico, bastante restringido, incluye a Nike, Heracles, y escenas de batalla. Además, también Diónisos es representado, sobre todo en escenas que parecen estar basadas en representaciones cómicas. Las vasijas con temática dionisíaca pudieron emplearse en contextos de banquete vinculados a cultos locales asociados al teatro. Algunas piezas de figuras rojas corintias han aparecido en centros del Peloponeso, en Beocia y hasta en Cirene, en el norte de África.
La cerámica geométrica beocia recibió influencias del Ática, corintias y eubeas. Las formas características de esta fase son los cántaros, las ánforas de cuello alto y los enocoes decorados. Tel repertorio figurado del Geométrico tardío incluye representaciones de la Potnia Theron, escenas de caza y boxeo, y algunas escenas quizá asociadas a festivales.  También son comunes los animales dispuestos en frisos.
El “Estilo Pájaro” aparece aquí al final del siglo VII a.e.c. Sus piezas están cubiertas con motivos geométricos y, sobre todo en el siglo VI a.e.c., aves en vuelo y una serie de motivos florales. Las formas esenciales fueron los cántaros, el askos, kalathos y el enocoe. La mayoría de los ejemplos provienen de tumbas.
A principios del siglo VI a.e.c. piezas de influencia corintia de figuras negras fueron producidas. Tal hecho pudiese significar la presencia de pintores-ceramistas asentados en Beocia. Se trata de vasos que imitan las formas corintias, en especial, el alabastron, aríbalo, olpe, el esquifo de tipo corintio y el kothon, además de sus motivos decorativos. Este impacto corintio fue seguido por un período, notablemente más largo, de influencia ática que comenzó hacia 580 a.e.c. y dejó una impronta duradera. Algunos pintores beocios de figuras negras fueron atenienses, y otros aprendieron en Atenas. A pesar de esta influencia, los pintores adoptaron también rasgos corintios.
Las formas decoradas en la técnica de figuras negras durante los siglos VI y V a.e.c. en Beocia incluyen el lekane, el esquifos de bandas y el esquifo del Grupo Haimon, formas todas ellas adoptadas de Atenas. Se continuaron variantes de kothon y jarras de cuello alto locales. No obstante, la forma principal fue el cántaro. Héroes como Teseo o Heracles están presentes en los repertorios, si bien no mucho. Sus hazañas se representan siguiendo los prototipos áticos. Fueron populares los animales de tipo ático, las escenas domésticas y pastorales, así como de caza, las procesiones, komoi, sacrificios y representaciones sexuales.
Hacia mediado el siglo VI a.e.c. aparecen vasos decorados en una técnica de silueteado llamada técnica geometrizante. Se usó, esencialmente, sobre lekanai, cántaros, enocoes, hidrias y lécitos. Komos fue un tema particularmente popular. Aparece en los repertorios con representaciones de festivales (procesiones sacrificiales, banquetes, juegos atléticos), aunque también se incluyen frisos animales y cacerías. A mediados del siglo V a.e.c. se representaron ménades y sátiros en copas siguiendo esta técnica de silueteado.
Una sostenida producción de cerámica de figuras rojas parece haber comenzado hacia 450 a.e.c. Los últimos ejemplos se datan al final del siglo siguiente. Las formas decoradas incluyen esquifos, cráteras de cáliz, cántaros, lécitos y píxides. Además de escenas de matrimonio se incluyen composiciones de symposia y komastes. Hay algunas escenas mitológicas en las que las deidades son mostradas en escenas genéricas. En algunos cántaros y esquifos de tipo cabirio se representan escenas que simbolizan ritos efébicos de paso, en ocasiones con tonos dionisíacos. Los “vasos cabirios”, necesarios para los adoradores de los Cabirios, fueron ejecutados en la técnica de figuras negras, sobre todo en los siglos V y IV a.e.c., si bien algunas vasijas relacionadas, con motivos geométricos y florales, se produjeron hasta mediados del siglo III a.e.c. La mayoría de estas vasijas se encontraron asociadas a contextos de banquete, si bien probablemente sirvieron para ser usadas en un específico uso cultual en santuarios dedicados a los cabirios. Unas pocas piezas fueron excavadas en contextos funerarios, específicamente en el polyandreion thespio. Las figuras en las escenas cabirias incluyen seres retratados de forma caricaturesca y otros representados como figuras idealizadas, quizá deidades. Las figuras caricaturizadas[1] se muestran en procesiones, en escenas de caza, atléticas y campestres, así como en algunas escenas mitológicas.
Tras una larga fase Subgeométrica, hacia 800 a.e.c. los ceramistas eubeos adoptaron muchos rasgos del Geométrico Medio Ático, y crearon un estilo Geométrico tardío propio, al que incorporaron elementos corintios. La producción post Geométrica, bien evidenciada en Eretria, aparece ilustrada por ánforas similares a las de Beocia, Ática y las islas Cícladas. En Eretria esas ánforas fueron usadas en contextos funerarios. Las escenas figurativas de los ejemplos más antiguos, Subgeométricas en estilo, cuentan con híbridos y animales.
Hacia finales del siglo VII a.e.c. se adoptó un estilo fuertemente orientalizante. De nuevo animales e híbridos aparecen como motivos decorativos principales, pero también se pueden ver figuras femeninas.
Bajo influencia ática aparece la técnica de figuras negras poco antes de la mitad del siglo VII a.e.c. En esas piezas, en particular las grandes ánforas, aunque también kylikes e hidrias, se representan escenas mitológicas, con la presencia, sobre todo, de Peleo, las Gorgonas, Heracles y la hidra. Todo ello adornado con motivos florales en blanco. En un grupo de jarras de cuello alto halladas en las excavaciones de un santuario en Eretria, de comienzos del siglo VII a.e.c., se observan procesiones de mujeres, o dos mujeres, una a cada lado, que quizá fuesen posesión de la diosa.
En las vasijas de Eubea del siglo VI a.e.c. la técnica de figuras negras es la principal y más abundante. Aunque los ejemplos dependen del Ática no dejan de configurar una tradición separada. Algunos ejemplares de esta cerámica se conocen en Beocia, el norte del Egeo y en Olbia, en el Mar Negro. Las escenas mitológicas no son infrecuentes, si bien acompañadas de una escenografía cotidiana que cuenta con jóvenes, sátiros, jinetes, boxeadores y animales. Una forma especial, que se vincula a sus contrapartidas beocias, fueron los lekanai.
En el siglo V a.e.c. kylikes decorados con siluetas representando nikai, escenas de batalla y de persecución, se produjeron en talleres eubeos y beocios. En ese siglo, y en el siguiente, la producción eubea se caracterizó por la presencia de vasos decorados con flores que únicamente de modo ocasional admitían figuración humana.
Hacia 440-430 a.e.c. se produjeron en Eretria vasijas de fondo blanco (sobre todo lécitos) y también de figuras rojas. Es muy posible que artesanos atenienses, o locales entrenados por áticos, fuesen los responsables de esta producción. El foco se centró, durante el siglo V a.e.c. en las vasijas funerarias, especialmente el lécito cilíndrico, la hidria, el lebes e, incluso, diversas cráteras.
Las escenas funerarias aparecen, a menudo, sobre los lécitos cilíndricos, mientras que escenas de género, con mujeres ejerciendo diversas tareas, persecuciones, erotes y sátiros, están presentes en las demás formas. La producción local cesó en la segunda mitad del siglo IV a.e.c.

Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR. 16 de julio del 2016



[1] Se ha sugerido que las figuras caricaturizadas deberían entenderse como mortales enmascarados que actuarían en rituales celebrados en el santuario. No obstante, recientes estudios apuntan que el repertorio conjunto refleja un ethos carnavalesco dionisíaco más que un ritual o un drama.

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